sábado, 12 de marzo de 2016

Hablando de ciencia ciudadana...



Un término interesante, a la vez que llamativo... he oído hablar bastante últimamente de él y me he decido a escribir al respecto.

Como siempre, lo primero que hago es consultar a mi amiga wikipedia, que me ha explicado lo siguiente:

“Se entiende por ciencia ciudadana a la investigación científica llevada a cabo por una suma de colaboradores, en su totalidad o en parte por científicos y profesionales junto a gente común. Formalmente, la ciencia ciudadana ha sido definida como "la recopilación y análisis sistemático de datos, el desarrollo de la tecnología, las pruebas de los fenómenos naturales, y la difusión de estas actividades por los investigadores sobre una base principalmente vocacional". 1
El documento "Green Paper on Citizen Science: Citizen Science for Europe" describe la Ciencia Ciudadana como "el compromiso del público general en actividades de investigación científica; cuando los ciudadanos contribuyen activamente a la ciencia con su esfuerzo intelectual o dando soporte al conocimiento con sus herramientas o recursos. Los participantes proveen datos experimentales o equipos a los investigadores. Los voluntarios, a la vez que aportan valor a la investigación, adquieren nuevos conocimientos o habilidades, y un mejor conocimiento del método científico de una manera atractiva. Como resultado de este escenario abierto, colaborativo y transversal, las interacciones entre ciencia-sociedad-políticas investigadoras mejoran, conduciendo a una investigación más democrática, basada en la toma de decisiones basada en evidencias informadas surgidas del método científico, total o parcialmente, por parte de científicos amateur o no profesionales."2

Una vez más, hablamos de ciencia abierta. La idea de ciencia abierta, de la que ya he hablado previamente, se basa, entre otras cosas, en la necesidad de dialogo y compromiso de la comunidad científica con la sociedad, donde la colaboración de participantes sin formación científica y otros actores sociales en la co-creación de conocimiento y la discusión sobre temas globales que nos afectan a todos,  potencian los resultados. Ello está limando límites entre científicos profesionales y amateurs. Así mismo, permite tener mayor control de las prácticas fraudulentas en ciencia al permitir el escrutinio público como parte importante para aplicar acciones correctivas, tal y como se afirma en icsu.org (*)

Así, dado que los datos científicos y el conocimiento resultante, se ha considerado generalmente como bienes  públicos y como bases fundamentales para el  juicio humano, la innovación y el bienestar de la sociedad, hace cada vez más claros los beneficios de ser abiertos para proporcionar un reúso comercial de los recursos públicos para incrementar los resultados y para evaluar tendencias económicas y sociales.
Entonces surge la pregunta de si el sector privado debería pagar por acceder y usar los datos financiados de forma pública, aunque parece que la tendencia es que no se deba discriminar entre lo privado (for-profit) y lo público (non-for-profit).
Así que, de nuevo, el dilema está servido, como en el resto de temas, estamos claramente ante una revolución en el mundo de la ciencia, aunque la  tendencia hacia lo abierto, es obvia. Un interesante escenario.




(*) ICSU, el concilio internacional para la ciencia, es una organización no gubernamental compuesta íntegramente por organismos científicos nacionales e internacionales, que tiene como misión el fortalecimiento de la ciencia internacional en beneficio de la sociedad.
Para ello, moviliza el conocimiento y los recursos de la comunidad científica internacional para identificar y abordar las principales cuestiones de importancia para la ciencia y la sociedad, facilitar la interacción entre científicos y su participación internacional y estimular el diálogo entre científicos, gobiernos, sociedad civil y el  sector privado. Muy interesante leer los contenidos de su web.

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